Después de once años, Chile cuenta con una nueva radiografía del trabajo infantil gracias a los resultados de la Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (EANNA 2023), liderada por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, y que en colaboración con el Ministerio del Trabajo y Previsión Social, el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, la OIT y UNICEF, introduce una medición más completa y rigurosa, alineada con los nuevos estándares internacionales y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
A diferencia de la medición anterior, EANNA 2023 no sólo mide el trabajo infantil remunerado en ocupaciones económicas, sino que incluye además el trabajo doméstico y de cuidados no remunerados en condiciones peligrosas. Este último tipo de trabajo no fue calculado en la versión de 2012.
El Secretario Regional Ministerial de Desarrollo Social y Familia, Danilo Mimica, explicó que “los resultados de EANNA nos han permitido visibilizar una realidad que antes no estaba contabilizada y que tiene que ver con la perspectiva de género en la medición del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado y peligroso que realizan niños, niñas y adolescentes. Alrededor de 2/3 de los niños, niñas y adolescentes contestaron que se encuentran en esa situación, es decir con mucha carga horaria o que ponga en riesgo su asistencia escolar. Esta información nos permite mejorar la información con la que cuenta el Estado para que los sistemas de cuidados tengan también la perspectiva de la niñez y la adolescencia”.
La encuesta fue aplicada a una muestra de 17.659 niñas, niños y adolescentes (NNA) de entre 5 y 17 años, y según los resultados expandidos, el 5,4% de los NNA -equivalente a 177.971- realiza trabajo infantil remunerado en ocupaciones económicas, mientras que el 11,2% -equivalente a 366.678- efectúa tareas domésticas y de cuidado no remuneradas en condiciones peligrosas.
En total, el 15,5% de los NNA (507.800 niñas, niños y adolescentes) realiza algún tipo de trabajo infantil. Las cifras de trabajo en la ocupación y otras actividades económicas y las de trabajo doméstico y de cuidados no remunerado y peligroso suman más de 15,5%, porque un 1,2% de los NNA realiza ambas formas de trabajo infantil. En la región de Magallanes y de la Antártica Chilena, un 11,9% de la población efectúa algún tipo de trabajo infantil, cifra debajo de la tasa nacional.
Para la Seremi del Trabajo y Previsión Social, Doris Sandoval, “con estos resultados reafirmamos nuestro compromiso con la erradicación del trabajo infantil y con la protección de la infancia; alineándonos con los tratados internacionales y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Los datos permitirán ajustar políticas públicas, para avanzar hacia entornos más seguros y equitativos para niñas, niños y adolescentes. En nuestra región durante el 2024, ya habíamos asumido la tarea, de poner foco en el trabajo doméstico no remunerado, realizado fundamentalmente por las niñas. Esta tarea la desarrollamos en el Comité Regional CRETI y también en la construcción e implementación de agenda binacional, en la comisión trabajo del Comité de Integración Austral”
Diferencias de género, etarias y territoriales
Mientras que los trabajos remunerados y otras actividades económicas tienen mayor prevalencia en los niños y adolescentes hombres (6,6% frente al 4,2% de las niñas), son ellas quienes enfrentan una mayor carga en tareas domésticas y de cuidados no remuneradas y peligrosas (12,3% frente al 10,1% de los hombres).
Al respecto, la Seremi de la Mujer y la Equidad de Género Alejandra Ruiz Ovando señaló que “los resultados de esta encuesta desprenden algo que ya conocíamos desde la teoría: que la división sexual del trabajo, esta idea de que los hombres trabajan de manera remunerada y las mujeres lo hacen en sus casas de manera no remunerada, comienza a forjarse en la infancia. Este hallazgo refuerza la necesidad de romper con esa trayectoria porque no queremos perpetuar desigualdades de género que a larga terminan siendo socioeconómicas, y fomentar el desarrollo equitativo de niñas, niños y adolescentes para que -independiente de dónde partan- todos tengan la misma posibilidad de alcanzar sus autonomías, y en definitiva sus sueños”.
En cuanto a la edad, los niños, niñas y adolescentes de 9 a 14 años presentan la mayor tasa de trabajo infantil general (20,1%), en comparación con los niños y niñas de 5 a 8 años (9,2%) y adolescentes de 15 a 17 años (14,3%). Esta tendencia se replica en el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado y peligroso, mientras que en el trabajo en la ocupación no hay diferencias estadísticamente significativas entre los dos tramos etarios mayores.
En las áreas rurales, el trabajo infantil alcanza un 22,1%, superando en 7 puntos porcentuales al 14,7% registrado en áreas urbanas. Al desagregar por tipo de trabajo, el trabajo en la ocupación en el área rural triplica al del área urbana (13,1% frente al 4,5%), mientras que para el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado y peligroso no se encuentran diferencias significativas entre áreas urbanas y rurales.