El programa, impulsado por la Seremi de las Culturas, logró una
expansión territorial inédita, llegando por primera vez a Laguna
Blanca y Primavera. Más de 2.000 personas y estudiantes vibraron con
la creación de 35 artistas regionales, consolidando un puente vital
entre la música y las nuevas generaciones.
Una melodía puede ser mucho más que una secuencia de notas; puede
transformarse en una lección de historia, una explosión de emoción o una
ventana abierta hacia la identidad de un territorio. Ese es el espíritu que ha
movido al Programa de Apreciación de Música Nacional (PAMN) durante sus nueve
años de vida en Magallanes, y que en su edición 2025 culminó con un logro
histórico: llevar la creación artística chilena a rincones de la región donde los
conciertos en vivo son una rareza.
La iniciativa de la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio cerró su ciclo
anual el reciente mes de noviembre, batiendo récords de cobertura. Consolidó
casi una década de trabajo y amplió su mapa de acción llevando, por primera
vez, conciertos y espacios de mediación a las localidades de Laguna Blanca y
Primavera.
Para quienes están detrás del proceso formativo, el impacto es evidente.
Constanza Maulén, mediadora del programa en las escuelas Patagonia y Manuel
Bulnes de Punta Arenas, explicó la profundidad de este ejercicio. "El PAMN, para
mí, es abrir los ojos a diferentes cosas que están sucediendo aquí en la región,
abrir los oídos también a conocer desde otro punto de vista que hay muchos
artistas que son de la región, también de Chile —porque el PAMN se hace en
todas las regiones— que son muy valiosos".
La edición 2025, cuyo inicio de ejecución comenzó en agosto, se caracterizó por
fortalecer la presencia en Puerto Natales, Porvenir y San Gregorio, además de
gestar un intercambio cultural inédito con la Región de Los Lagos. Este esfuerzo
permitió que comunidades educativas como la Escuela Cerro Sombrero, el Liceo
Hernando de Magallanes de Porvenir, la Escuela Diego Portales de Villa
Tehuelche y la Escuela de Punta Delgada, se sumaran a establecimientos
históricos de la capital regional y Natales.
La metodología, inspirada en la tradición mediadora de figuras como Violeta
Parra y Margot Loyola, permitió que 190 estudiantes participaran en ciclos
profundos: desde la primera escucha y el análisis lírico, hasta el diálogo cara a
cara con el creador.
Para los artistas, volver a las aulas tiene un significado especial. Charlie (Carlos
Díaz), integrante de la banda As de Oros, parte del ciclo, reflexionó sobre este
retorno al origen. "Para nosotros es superlindo porque nos conecta con el origen,
básicamente. Yo creo que, para muchos músicos, el despertar musical viene
justamente de la época de la enseñanza media".
El punto culmine de estos ciclos fueron los conciertos pedagógicos, donde más de
2.000 personas pudieron asistir a encuentros abiertos, a cargo de 35 artistas
regionales, pertenecientes a diez proyectos musicales (bandas y solistas). Fue ahí
donde la teoría se transformó en experiencia vital.
En localidades apartadas, el asombro fue el protagonista. Agustina Sánchez,
estudiante de la Escuela de Cerro Sombrero, comuna de Primavera, tras disfrutar
el concierto en su colegio, relató con entusiasmo. "La verdad es que me pareció
muy genial porque nunca he visto a un cantante, y menos así de ese tipo de
música, así como de rock, de inspiración, y la verdad es que me gustó convivir
con ellos y escuchar su música".
Mientras tanto, en la capital regional, la conexión emocional caló hondo. Felipe
Díaz, alumno del Liceo Experimental de Punta Arenas describió así la intensidad
del encuentro. "La verdad es que conocer a la banda me pareció muy increíble.
En serio, nunca había conocido una banda así en persona, y más encima en
primera fila. El concierto fue algo maravilloso, de verdad. Me deleité demasiado
con la música y más encima me dieron ganas de llorar".
El Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Luis Navarro, destacó que el
valor de este proyecto es incalculable, alineándose con el corazón de la gestión
del Ministerio: la descentralización.
"Con PAMN no sólo hemos logrado que 190 estudiantes conozcan a 35 creadores
regionales, sino que hemos propiciado un espacio genuino de encuentro donde se
valora nuestra música local, se abren nuevas oportunidades a los músicos con
públicos frescos y, sobre todo, se invita a los jóvenes a conectar con futuros
proyectos que los inspiren", comentó la autoridad.
El cartel de este año fue un reflejo de la diversidad sonora de la Patagonia,
incluyendo los proyectos de Karina Contreras Grupo, EOS, Amanda Kurt, Raíces
Libres, Aponkuyén, José Furia, Camino de Tierra, As de Oros y Metafis, sumando
además a Pastora Alfonsina desde Los Lagos, que llegó bajo la modalidad de
intercambio.
Al cerrar el presente ciclo PAMN queda una certeza: Cuando los estudiantes
escuchan y dialogan con sus creadores, no solo aprenden; amplían su playlist con
el talento que florece en su propia tierra.