El exministro de la Corte Suprema, Sergio Muñoz, recurrió ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por su destitución en octubre de 2024. La medida, que busca restituir su honra, apunta que el proceso que determinó su salida vulneró sus derechos y la independencia judicial de nuestro país.
El exjuez fue removido por el Congreso por dos hechos relacionados con su hija, que también ejerce como jueza: anticipar información de un fallo de un proyecto inmobiliario en el que ella tenía un interés patrimonial; no denunciar la falta de su familiar cuando dirigió audiencias judiciales telemáticas desde el extranjero.
Ahora, seis meses después, Muñoz sostuvo que la acusación en su contra, el proceso y la destitución tuvo entre sus propósitos vulnerar la independencia judicial y tomarse una revancha política. De hecho, aseguró que ciertos grupos económicos impulsaron dicho juicio a modo de venganza, por sus decisiones en temas empresariales y ambientales.
Además de estos argumentos, el exjuez cuestionó que su causa fuera incluida dentro del mismo libelo acusatorio contra la entonces ministra de la Corte Suprema, Ángela Vivanco, a pesar de que ambos estaban acusados por temas distintos. Hecho que, según sus propias palabras, evidencia el ánimo de revancha y ajuste de cuentas detrás del caso.